La tristeza es una emoción básica igual que el miedo o el enfado, la alegría o la sorpresa. Todo el mundo nos hemos sentido alguna vez tristes y los niños no son una excepción. Normalmente nos sentimos así cuando perdemos algo, cuando nuestras expectativas no se pueden llevar a cabo o cuando por circunstancias de la vida vivimos algún acontecimiento doloroso.
Los niños también se sienten tristes y conviene que estemos atentos a sus estados de ánimo, estar ahí cuando nos necesiten y permitir que nos digan cómo se sienten en cada momento. Esto solo se consigue bajo un clima de respeto y diálogo constante desde bien temprana edad.
Para ayudar a nuestros hijos a entender lo que sienten, sea la que sea la emoción que están experimentando, lo mejor que podemos hacer hablarles y facilitarles desde bien pequeños a reconocer esos estados de ánimo y a expresarlos con palabras: alegría, enfado, ira, tristeza, sorpresa, miedo, …
Cuando nos toque hablar de la tristeza no debemos tener miedo de reconocerla, de expresarla y de sentirla. La tristeza es un estado de ánimo, una emoción igual que otras, igual que la alegría, pero en este caso nos hace sentir mal y no nos gusta estar así. Debemos explicarles a nuestros hijos que a pesar de que esta emoción no nos guste es normal sentirse así de vez en cuando, que todos el mundo (mamá, papá, los tíos o los abuelos, todos sin excepción) es siente así cuando pierde algo, cuando nos sentimos solos, rechazados, hemos hecho algo que creemos incorrecto o cuando vivimos algo desagradable.
No ocultemos nuestra tristeza cuando la sintamos. Nuestros hijos aprenden también de nuestras expresiones emocionales, es bueno explicarles por qué nos sentimos tristes ya que estos son ejemplos que pueden tener en mente cuando sean ellos quienes se sientan así. Fijaros que hablo todo el tiempo de tristeza y no de depresión, algo más grave y de lo que trataremos en futuros artículos. En este caso hablamos de la tristeza como una emoción pasajera, un estad de ánimo puntual que no va más allá de uno o dos días a lo sumo.
Al igual que los adulto los niños pueden expresar su tristeza de diversas formas, algunas similares a las del adulto otras más sutiles pero por ejemplo veremos que nuestro hijo:
Estar a su lado para ayudarle a identificar sus sentimientos. Los niños muchas veces se sienten confusos y expresan esta confusión de un modo agresivo, mediante empujones, patadas o otras conductas similares. La frustración, la ira, el enfado y la tristeza muchas veces van de la mano. Es tarea nuestra ayudarles a sacar ese sentimiento, que hablen sobre él, dejarles espacio si así lo necesitan, permitir que se sientan tristes sin necesidad de agredir u ofender a nadie. Está bien que se desahoguen pero mejor que les enseñemos a hacerlo con respeto.
Dra L. Armida
González López
Master en Salud Mental infantil y adolescentes , Madrid España
Posgrado en Atención
Temprana España
Teléfono: 36 571908
044 33 12 66 31 70
E-mail: info@nombre.com
Web: armidaglez.jimdo.com
Esta página web ha sido creada con Jimdo. ¡Regístrate ahora gratis en https://es.jimdo.com!